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domingo, 16 de octubre de 2011

Una par de probaditas de EL BESO DEL DIABLO

Y esto es lo que Zoe nos deja como una probadita a la continuación de su historia :D

No olviden comentar en Facebook y en su página :D

7 de OCTUBRE

"Hoy es un día especial pues me he atrevido a mostrarles un lígero preview de El Beso del Diablo. Me encantaría que compartieran su opinión en sus comentarios. Será retroalimentación para mi.

Es una escena intensa y que tiene algo de suspenso. Muchos de nosotros conocemos el sentimiento que intento transmitir en estas líneas. Comparto con ustedes esto esperando que les guste.

Saludos

Zoe

PREVIEW

EL BESO DEL DIABLO

Ryder tenía razón. No quise hacerle caso porque estuve creyendo lo que ciegamente quería que fuera realidad. Escuché lo que me convenía y esto me hizo soñar. Volé y fue lo peor que pude haber hecho porque que me encuentro el suelo, me duele y es horrible lo que siento. No sé porque pensé que Preston me haría caso. Me siento como la más idiota del mundo pero no sé que me duele más, si saber esto o verlo de la mano de Paige.

- ¿Tu aquí?

- Abby, quiero hablar contigo.

- ¿Y tiene que ser en este preciso momento? Quiero dormir, es mejor que te vayas Preston.

Fue como si mis pensamientos lo hubieran llamado. Encontrarlo aquí, recargado en la puerta de mi habitación, con esa expresión de dulzura y serenidad, mueve todo lo que llevo dentro. Me confunde, no quiero tenerlo aquí.

- Por favor, dame la oportunidad de explicarme.

Antes de abrir la puerta, su mano se impulsa sobre ella, cerrándola de golpe. Su aliento soplando en mi oído pausadamente me estremece pero aún así, resisto y me aparto. No puedo caer. No soy débil, nunca lo he sido y aunque me muera por besarlo y decirle lo que siento, debo callarme, por primera vez en mi vida.

- Vete Preston en verdad.

- Abby, ¿qué te pasa, porqué me tratas así?

- Preston, ¡Estoy harta! No lo entiendo, un día me tratas de una forma, me das a entender cosas y al día siguiente me demuestras lo contrario. No quiero seguir así.

- Abby, por favor, no sé de que hablas. Insiste.

- Hablar contigo es como hacerlo con una pared. ¡Vete!

- Abby si no hablas claro nunca entenderé. No sé que es lo que piensas y perdóname si mi actitud te ha molestado.

- Sabes qué, déjalo así. Nunca lo entenderás como tú lo has dicho. Hay que ser más que un idiota para no darse cuenta de lo que sucede.

Bastan dos segundos para perderme en su mirada. Aunque lo veo dudar, sus ojos se cruzan con los míos y lo veo acercarse mucho más a mi. Siento como el calor de su cuerpo se apodera del mío. Nuestros cuerpos se unen y los latidos de mi corazón se disparan. Intento callarlos pero tener a Preston tan cerca de mi alborota todo mi cuerpo, a mis sentidos, a mi alma. Sus ojos bajan lentamente por todo mi cuerpo hasta que sus manos me sujetan y suben hacia mi rostro donde descubro como su lengua moja sus labios. Los míos tiemblan cada vez que lo hace porque es una invitación para ellos, a la tentación.

Me gana la desesperación, es un vómito, uno que se está escapando poco a poco. Lucho por controlarme pero es demasiado tarde. Estar entre sus brazos hace que mi mente piensen en cosas en las que no debo pensar y que mi boca quiera decir todo aquello que debo callar.

- Preston yo te amo, como una idiota.

Sus ojos me miran con impacto pero en ningún segundo su cuerpo se aparta del mío y sus dedos acarician mi cintura con delicadeza.

- Está mal porque yo no quería enamorarme pero a veces el corazón insiste y uno no puede ignorarlo. Yo te amo y esa es mi única verdad en estos momentos.

Preston me mira pero no dice nada. No dejo de mirarlo y en sus ojos hay un brillo que me hace suponer cosas que borro de mi cabeza de inmediato porque sé que el día de mañana él olvidará lo que acabo de confesarle tontamente. Me convertiré en “Abby, la chica que se muere por él“ y nada más Sólo seré eso, una chica más que se muere por él.

Creo que lo he dicho todo. Preston no dice nada pero qué puede decirme si sé que no me corresponderá de la misma forma. A veces es mejor no decir nada, supongo que este es el caso. Se ha de estar regocijando, su ego ha de estar por los cielos en este instante pero me siento liberada, aunque él no sienta nada por mi, le confesé mis sentimientos, fue lo mejor que pude haber hecho. No me quedaré con las ganas de habérselo dicho. No quiero irme sin que lo sepa.

Miro a Preston por última vez pues mi misión en Riverwood pronto terminará. Controlo mis lágrimas porque está será quizá la única y última ocasión en que esté tan cerca de él.

Me aparto de su cuerpo pero él me jala agresivamente hacia sus brazos. Sus dedos mueven hacia atrás unos cuantos mechones de mi cabello. Quiero que me deje, me estoy haciendo más daño al seguir entre sus brazos pero él no me suelta, me abraza con mucho más fuerza.

Siento el calor de sus labios resbalando suavemente por mi mejilla y esto me orilla a robarle un beso, el que siempre he querido darle y aunque pienso que él no responderá sus labios empiezan a mojar los míos.

- No lo hagas si no lo sientes Preston, por favor.

Preston me mira y su lengua moja la comisura de mis labios.

– Yo también lo siento Abby. Déjame hacerlo. Confiesa.

Sus palabras encienden hasta la última vena y es mi sangre la que me pide que me prenda en sus labios.

Sus manos me levantan llevando mis piernas hacia su cintura. Me recarga sobre la pared donde siento la desesperación de nuestros labios, comiéndonos mutuamente.

- Nunca había probado el deseo, tú me sabes a eso. Pronuncia sobre mi oído.

Su respiración se agita más de la cuenta al igual que la mía. Abre la puerta con tal sólo ordenarlo dentro de mi cabeza. No quiero que deje de besarme porque me encanta esto que está despertando en mi, estas ansías locas que tengo de amarlo y de sentirlo sobre mi cuerpo.

Sobre la cama, el movimiento de sus manos me desnudan, me arrancan cada pedazo de mi alma pero se detiene y descansa sus labios sobre mi cuello, dudoso.

- No te detengas.

- ¿Estás segura de que quieres hacerlo?

- No pienses en nada, llévame, es lo único que deseo.

Quiero comerme sus labios, sus manos. Si pudiera meterse dentro de mi alma y de mi cuerpo le daría la entrada. Sus labios despiertan el animal que llevo escondido dentro de mis labios.

- Te amo. Susurro.

Cada beso es dulce, muy suave pero después nos invade un deseo voraz que nos hace mordernos delicadamente.

- Abby yo…

¿Qué es esta sensación? Es horrible. Mi piel arde y él se aparta de mi cuando siente el ardor que provoca en mi piel. Es como si mi carne se estuviera desprendiendo de mi cuerpo y cuando él vuelve a tocarme, asustado, intentando ayudarme, la sensación de fuego regresa. El toque de su piel abrasa la mía, lastimándola.

No puedo dejar de gritar, siento un dolor que me está desgarrando por dentro y sólo lo veo tomando sus prendas con prisa para salir y buscar ayuda.

No quiero pensar en las palabras de Cassidy. Cada pedazo de mi piel que no deja de quemarse me hace recordarlo; Quizá sean estas las consecuencias por estar desafiando a mis ancestros.

Por un segundo pienso en que no debí haberme enamorado de él porque tarde o temprano conocerá la verdad. Hoy lo tengo junto a mí, hoy lo estoy amando pero mañana tendré que arrancarle el corazón pues ese es el precio que debo pagar por haber desafiado las reglas de las brujas. Sé que lo que estoy haciendo desatará su furia pero no me importa, pienso defender mi amor y no me importa el dolor, esto que siento rebasa cualquier otra cosa, incluso mi destino de convertirme en la próxima líder de las brujas."

14 de OCTUBRE


Cassidy tiene una "agenda" por cumplir en Riverwood. El primer paso es deshacerse de Elizabeth, utilizando el "libro negro" de Abby.

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