Empecé este libro con mucha ilusión, y no es para manos. Todo aquel que haya leído El circo de la noche ha quedado fascinado con la escritura y las historia de Erin Morgenstern. Al menos eso me pasó.
Por ello, tenía muchas ganas de comenzar con esta novela, sobre todo sabiendo que es autoconclusiva.
Si alguien se atreviera a abrir una, cada puerta conduce a un Puerto del Mar sin Estrellas.
No hay mucho que las distinga de las puertas comunes y corrientes.
[...]
Los que buscan hallarán.
Sus puertas han estado esperándolos.
Pero lo que sucede después varía.
Un mar sin estrellas es un libro que, en mi opinión, está lleno de metáforas referentes a la literatura, a las historias y a los libros mismos. Va desde la imaginación, los sentimientos provocado por una historia que amas y hasta el sentimiento de sostener y resguardar un libro.
No obstante, todo esto se nos presenta de una manera creativa y, digamos, casi tangible.
Debería decir que Zachary es el personaje principal en esta novela, pero para mí la propia historia es la protagonista. Sé que es difícil de comprender y, créanme, para mí es un difícil de explicarlo. Pero volvamos al punto original de este párrafo.
Zachary es el personaje principal de esta historia. Él es un joven universitario que un día, mientras hacía una investigación en la biblioteca de su universidad, se encuentra con un libro que, entre sus muchos relatos, contiene uno donde se cuenta algo que le ocurrió a él cuando era joven.
Esto simplemente lleva a Zachary a querer desentrañar de dónde proviene tal libro, quién lo escribió y cómo sabía esta persona lo que le había ocurrido en aquel momento.
Pero eso no es todo, el resto de las historias que vienen en el libro atraen a Zachary. ¿Será posible que esos mundos sean tan reales como su propia historia? ¿Será posible que la puerta que vio cuando era joven realmente lleve a un lugar que resguarda historias infinitas e inimaginables?
La realidad es que este libro juega mucho con el lector. No es un libro difícil de leer si prestas atención.
Recuerdo que muchos comentaron que era difícil de leer. Para mí no lo fue. Creo que sí puede llegar a ser pesado para algunas personas porque los temas que toca la autora se repiten una y otra vez de diferentes maneras y el Lector puede ir conectando hilos uno tras otro, pero todo va a desembocar en un libro que ilustra, a su manera, lo que es la vida de un Lector y un Escritor; es decir, el nacimiento de un lector o un escritor, su amor por los libros, las historias, los personajes, la creación de estos mundos y como pueden llegar a tomar vida tanto para quien escribe como para quien lee.
Lo sé, sé que suena confuso. Creo que esto hace que esta novela se vuelva más una experiencia que algo que pueda ser explicado en una reseña. Y ahora puedo entender por qué muchos han tenido problemas al reseñar.
No sé si otros han hecho ya está comparación, pero me atrevería a decir que me recuerda un poco a Inception. ¿Por qué? Porque la novela está creada con diversas historias que se entrelazan entre ellas.
Historias que se pliegan unas dentro de otras y echan a andar dentro de fragmentos de mitos perdidos y relatos olvidados [...]
Es como ver un libro, dentro de otro libro, dentro de otro, que al final crea un universo completo pero también miniuniversos y todo se ve conectado gracias a Zachary y a una historia que le cuenta un extraño en una fiesta…
Una vez, hace mucho tiempo, el Tiempo se enamoró del Destino.
Pero no les voy a decir más al respecto. Aquí lo importante es que ustedes mismos puedan descubrir al leer esta novela o, mejor dicho, lo que ustedes puedan sentir.
A mí me gustó mucho la dinámica de la novela: cambiando entre historias, entre libros, entre personajes, pero entrelazando todo.
Y sin duda me identifiqué mucho con los sentimientos que plasmó Erin sobre las historias (tanto siendo escritor como siendo lector); y, aunque creo que es un hermoso libro que exalta las historias y cuya trama principal está ejecutada de manera exitosa, temo decir que no superó el primer libro que leí de Erin Morgenstern.
No me odien, sé que muchos lo amaron y esto está muy bien. Estoy segura de que muchos más amaran esta novela y atesorarán el homenaje que la autora hace hacia el mundo literario que tanto queremos. Y estoy muy contenta por eso; pero para mí no es necesario que nadie me cuente el amor que le tengo a los libros. Je, je.
Sin embargo, aplaudo la manera en que la autora vuelve real todos nuestros sentimientos, volviéndonos incluso protectores de estas historias… Erin plasma estos sentimientos y papeles (ser escritor y lector, hasta editor) de forma hermosa y les brinda solemnidad.
Lo vuelve algo de lo cual nos gustaría formar parte dentro de esta historia y de lo cual formamos parte en la vida real. Realmente es muy bello.
De hecho, conforme leía me sentía cada vez más una pequeña pieza de esta historia y creo que, cualquiera que la lea, formará parte de ella.
Es un libro que te atrapa y te convierte en un posible personaje más en su trama. Quién sabe, tal vez alguien está escribiendo mi historia ahora mismo…
Si quiere darle una oportunidad, por favor, hágalo. Sean como Zachary, sigan esa curiosidad y encuentren la puerta a este mundo. ¡Quiero que me cuenten cuál es la sensación que esta novela genera en ustedes!