Título: Ariadna / Ariadne
Autoconclusivo
Autor: Jennifer Saint
Editorial: Ediciones Urano / Umbriel
Traductor: Natalia Navarro Díaz
ISBN: 978-84-16517-46-6
Nº de páginas: 352
Disponible en México
Ariadna, princesa de Creta, crece escuchando historias de dioses y héroes. Bajo el dorado palacio, sin embargo, resuenan los cascos de las pezuñas de su hermano el Minotauro, un monstruo que exige sacrificios de sangre.
Cuando llega Teseo, príncipe de Atenas, para derrotar a la bestia, Ariadna no atisba amenaza alguna en sus ojos verdes, sino una oportunidad para escapar. La joven desafía a los dioses, traiciona a su familia y a su país, y lo arriesga todo por amor al ayudar a Teseo a dar muerte al Minotauro. Pero... ¿le asegurará esa decisión un final feliz? ¿Y qué sucederá con Fedra, su adorada hermana pequeña, a quien deja atrás?
Hipnótica, vertiginosa y absolutamente conmovedora, Ariadna forja una nueva epopeya que cede el protagonismo absoluto a las mujeres olvidadas de la mitología griega que luchan por un mundo mejor.
Si les soy sincera, no sabía qué iba a encontrarme en esta historia. Conozco perfectamente el mito del Minotauro y Teseo en Cnosos, pero nunca me había puesto a
ahondar en el papel de Ariadna.
Ariadna, hija de Pasífae y Minos, princesa de cretense… Cuando lees el mito original, su participación se limita a ayudar al héroe del momento y, lejos de encontrar un “final feliz”, encuentra un final trágico, separada del hombre que amó y apoyó (los finales varían).
Me encanta como en los últimos años muchos autores se han dedicado a tomar los mitos griegos para resignificarlos y darles voz a algunos personajes de tal forma que puedan contarnos su lado de la historia y darnos un mensaje. Y es precisamente eso lo que Jennifer Saint hace con Ariadna.
Esta historia toma los mitos como reales: los dioses caminan entre los hombres y las criaturas que yacen en la tierra existen en una realidad tal que el nacimiento del Minotauro o la hechicería de los dioses o de la misma Pasífae resulta en algo turbio y oscuro. No es de sorprender que se trate de un libro de Umbriel.
Pero en esta ocasión seguimos de cerca a Ariadna. Ella es una joven sujeta a las exigencias de su padre, el rey Minos, y a la sociedad que juzga a su familia por cada una de sus acciones. Minos es un rey poderoso, pero también es un hombre temible que carece de buenos valores y el cual solo piensa en el poder, lo cual afecta a su familia y a el resto del mundo, y esto se ve reflejado en el comportamiento de la joven.
Ella creció con la idea de que algún día sería la opción más obvia para crear tratos comerciales o acuerdos militares para su padre, siendo intercambiada por este al mejor postor y, por lo tanto, eso sería todo a lo que se dedicaría en su vida: a ser el trofeo de alguien poderoso.
El papel de Ariadna no es muy diferente al que tuvieron muchas mujeres a lo largo de la historia (y es triste saber que aún ocurre): destinadas a ser “la esposa de” y como objetos de intercambio. Pero en esta historia, Ariadna comenzará a cuestionarse todo gracias a otras mujeres propias de los mitos griegos, como la Gorgona Medusa, la cual sabemos fue injustamente castigada por el crimen de un dios.
Me encantó que la autora contara esta parte y la relacionara tanto con los pensamientos de Ariadna, haciendo que esta avanzara y no se estancara como una simple damisela que ayuda a su enamorado.
Generalmente los libros con tanta introspección no me gustan, pero en este sí. Las cavilaciones de Ariadna respecto a su persona, al mundo en el que vive y a las intenciones ajenas, y la manera en que esto la ayuda a crecer como personaje, haciéndola responder a tanta represión, me agradaron mucho.
Podemos ver al personaje cuestionarse su participación en el mito y también cuestionar hacia dónde avanza su persona sin dejar de lado sus sentimientos que muchas veces suelen ser tristes o angustiantes, pero también le brindan fuerza y valor para tomar sus decisiones sin importarle lo que pueda pensar su familia o la sociedad.
Se habla mucho hoy en día de libros que reivindican la figura femenina y que la hacen ver fuerte; personalmente me he dado cuenta de que muchos caen en el cliché y que tocan temas que ya se han tocado mil y unas veces antes sin innovar, volviéndolos extremistas, haciendo menos a otras mujeres solo por considerarlas “tradicionales”, cuando muchas veces ellas han escogido su propio camino.
En este caso la autora utilizó sabiamente el contraste para denotar que toda mujer y persona tiene derecho a escoger lo que quiere para su vida y eso no lo debe hacer débil ante los ojos de los demás.
¿Cómo lo hizo? Pues en la historia también tenemos la voz de Fedra, la hermana menor de Ariadna. Fedra es completamente diferente a su hermana, pero viven las mismas circunstancias, lo cual la hace reflexionar al mismo tiempo que su hermana.
No obstante, cada una de ellas tiene sus propios anhelos, deseos, virtudes y defectos, y cada una se ve obligada a cuestionarse su mundo para lograr tomar decisiones que las llevaran por distintos caminos.
Creo que esto es lo que más me gustó de la historia, que la autora validó que cada una de ellas escogiera su camino a pesar de sus finales.
Y sí, hubo momentos en los que tanto Ariadna como Fedra se cuestionaron la una a la otra simplemente porque no pensaban igual, pero al final el mensaje es el mismo:
no puedes juzgar al otro por tener la valentía de escoger lo que quiere para su vida, aunque no se parezca a tus “ideales”. Y no debes dejar que nadie te diga que no puedes tomar tus propias decisiones y lograr tus objetivos.
Esto le dio mucho equilibrio a la igualdad.
Así que, como ven es un libro que, aunque se apega al mito original, les da voz a las mujeres en esta historia e invita al lector a reflexionar. Yo disfruté mucho hablando de él con Annie, desmenuzando nuestros pensamientos y meditando junto a Ariadna.
Otra cosa que noté es que ciertamente en muchos mitos griegos los mortales terminan siendo pisoteados por los dioses y las mujeres participes de estos mitos no suelen tener voz, siempre está todo narrado desde el punto de vista masculino (a menos que se trate de una diosa o que el mito sea exclusivo de una figura femenina), y el que la autora cambiara esto en esta historia me gustó mucho.
Quizás puede no ser un libro para todos porque a veces puede parecer pesado, pero sí les recomiendo que le den una oportunidad. Aún si conocen el mito y se hacen una idea de cómo va a terminar, es no le resta mérito al mensaje de la autora; mensaje que vuelve a este mito algo fresco y entrañable.
¡Estoy deseando leer más de esta autora!
Decidí que, si se daba el caso, yo sería Medusa. Si los dioses me culpaban algún día por los pecados de otro, si me castigaban por las acciones de un hombre, no me escondería como Pasífae. Yo portaría la corona de serpientes y el mundo se encogería ante mi presencia.
Conclusión
Una forma distinta y humana de ver la mitología, esta vez
desde los ojos de las mujeres que pocas veces, o de forma nula, tienen voz en
este tipo de mitos. Jennifer Saint le otorgó voz a Ariadna y le dio el ímpetu
para brindar un mensaje sobre encontrar la fuerza para escoger tu
propio camino, siendo un derecho fundamental, y deja claro que no debemos juzgar a nadie al respecto. Es una
novela con mucho equilibrio, con una historia resignificada y un mensaje que se
queda para siempre.
*Gracias a Ediciones Urano por el libro :)